Estuve allí cuando tu vida se convertía en escombros, cuando nada tenía sentido para ti, cuando te sentías sólo, vacío e incomprendido.
Pero hoy no hay tormentas en tu mundo, sonríes, eres feliz.
Ahora eres tú el que no está y eso me ayudó a comprender que sólo me necesitas cuando te rompes y luego me tiras al olvido.
¡Que cruel verdad!: No soy alguien que te importe, tan sólo soy como un parche para tus heridas o un paraguas que descartas cuando ya no oyes llover.
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