Ciego te volviste cuando dejaste de ver cuales eran mis pasiones
para creer que tus gustos eran los míos.
Ciego te volviste cuando ignoraste mis sueños
para que te acompañara a seguir los tuyos.
Ciego te volviste cuando dejaste de ver quien soy
para proyectar aquella que te gustaría que fuera.
Ciego te volviste… y ciega me volví.
Porque busqué todo el tiempo una aprobación que no llegaría;
porque busqué ser ese ideal que nunca alcanzaría;
porque busqué convencerme de cosas que no lo hacían…
Así dejé de verme…
de oírme…
de sentirme…
de saberme…
de serme…
Me volví ciega, y así
te volviste ciego junto a mí.
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